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Notas históricas

Centenario de ‘La lámpara maravillosa’ (1921) de Amanda Labarca

Este año se cumplen 100 años de la publicación del libro ‘La lámpara maravillosa‘ de Amanda Labarca Hubertson. Este libro publicado en 1921, antecede a otro hito tan o más relevante que se desarollará el próximo año y que vincula a nuestra autora con otro centenario. Con esto hacemos referencia al Decreto del 13 de noviembre de 1922 publicado en el Boletín de Instrucción Pública y que por unanimidad reconoce a Labarca como Profesora Extraordinaria de Psicolojía en la Facultad de Filosofía, Humanidades i Bellas Artes de la Universidad de Chile, transformándose de esta forma en la primera profesora universitaria en todo Latinoamérica. 

Labarca desarrolló un importante ideario para la psicología y la educación en Chile, llevando a cabo una obra que estamos recién comenzando a valorar. En el caso de la psicología fue divulgadora de la obra de William James y John Dewey a quienes admiró desde su primer viaje a Estados Unidos (1911), específicamente al Teachers College en la prestigiosa Columbia University (New York), cuando fue comisionada junto a Guillermo Labarca (su esposo, de quien adquirió sus dos apellidos). Los detalles de su viaje en New York son hasta el momento desconocidos, aunque su primera novela autobiográfica «En tierras extrañas» de 1915 releva a través de sus personajes el contexto y los problemas con los cuales se enfrentó en dicha estadía. 

Columbia University fue (y sigue siendo) una de las universidades más relevantes para la psicología y la educación, y para el caso chileno tuvo importantes implicancias. Irma Salas se gradúa como la primera doctora chilena en educación (1930) y Corina Vargas, estudió un Master of Arts para llevar sus conocimientos a la Universidad de Concepción, desplegando sus conocimientos en el Gabinete de Psicología Experimental, por lo cual las mujeres chilenas encontraban en Columbia un escenario que comenzó con Labarca y que tendría interesantes derivas.  

Es importante reconocer que Labarca estudió Pedagogía en Castellano en el Instituto Pedagógico, por lo cual sus influencias como pedagoga y literata son de temprana data. Ya en 1906 publicaba un estudio referido a la obra del escritor portugués José Maria Eça de Queirós, en ‘Las Veladas del Ateneo‘ donde compartió páginas con otros jóvenes escritores: Víctor Domingo Silva, Max Jara y Augusto D´Halmar, solo por mencionar a algunos de ellos. Citamos a estos tres autores ya que serían posteriormente reconocidos con el Premio Nacional de Literatura en Chile, el cual ha sido muy esquivo con las mujeres. Si bien Labarca no obtuvo este reconocimiento, es la única mujer que fue tempranamente parte de ese círculo de escritores.

La trama creativa de Labarca, en su producción ficcional y ensayística, nos invita a transitar por diferentes géneros literarios y modelos de escritura que van desde la novela, transitando por el cuento, y sus miradas críticas nos conducen a la poesía y la literatura occidental. Se evidencia, entonces, desde sus múltiples experiencias de lectura, un desplazamiento hacia la importancia de la palabra literaria, entendida como otra vía expresiva y crítica, donde el universo de su escritura es poblado de ámbitos y miradas que permiten acercarse al acontecer de una época. 

Algunas de estas propuestas literarias están presentes en ‘La lámpara maravillosa‘, publicación editada por ‘Minerva’ (Santiago, 1921), compuesta por un relato que encabeza y da nombre a la publicación, además de nueve cuentos breves, donde Labarca nos invita a conocer distintas vidas de hombres y mujeres que construyen sus personalidades en un diálogo cercano con sus propios contextos. A lo largo de sus ciento noventa páginas, la autora abre espacios de interpretación que permiten ingresar a la subjetividad de personajes que se preguntan regularmente por cada una de las experiencias que componen su vida y cómo estas influyen en el diseño de sus identidades, desde las reflexiones individuales y la influencia relacional de lo colectivo.

La lámpara maravillosa‘, se articula desde el vínculo entre Matilde y Eugenio, pareja central de la historia, y la participación de Andrés, amigo cercano que se incorporará al núcleo familiar para inquietar, en parte, la secuencialidad de un relato que, pudiendo ser convencional, no lo es. En medio de un ambiente mediado por el arte, la transitoriedad de la fama, las responsabilidades familiares, las dinámicas afectivas y los horizontes creativos, Labarca tensiona el relato, proponiéndonos algunos ámbitos interesantes para ingresar a un texto publicado durante el inicio de los años veinte. 

Este libro nos conduce a preguntarnos por roles de género, masculinidades, así como aspectos relacionados a la clase, las figuraciones del arte, la hegemonía de ciertos discursos culturales, el estatuto de la belleza, las actividades productivas de hombres y mujeres e incluso, las capacidades creativas y de adaptación de los sujetos frente a cambios abruptos de sus modos de vida. Labarca, con su extraordinaria mirada y experiencia de lo social, consigue con este libro la construcción de un espacio en el que arte y vida se posicionan como núcleos centrales para comprender el relato que llevan adelante los personajes. En este sentido, ese territorio diseñado en la narración, permite escenificar la interioridad de los sujetos a través conflictos, frustraciones, ego, expectativas, desamores, emociones y resiliencia, proponiendo un texto que, si bien es breve, posee densidad y tensiones relevantes de destacar al ser leído.

Estas particularidades de ‘La lámpara maravillosa‘, permiten el acceso a diferentes caminos de interpretación para conducirnos hacia viejas y nuevas lecturas. A cien años de su publicación, este libro nos invita a revisitarlo y desentrañar, nuevamente, con otras miradas, diferentes pliegues de su escritura, así como también nos posibilita ubicar a Labarca como una autora significativa, no solamente en el pensamiento pedagógico y psicológico, sino también en los caminos de la escritura creativa.

Gonzalo Salas, Universidad Católica del Maule

Dámaso Rabanal, Universidad Austral de Chile

(*) Los autores son Investigador Responsable y Coinvestigador, respectivamente, del Proyecto FONDECYT 1211280 «Amanda Labarca: lectora, escritora y crítica. Su trayectoria intelectual en el campo literario y cultural de la primera mitad del siglo XX en Chile»

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